Quiero más que indiferencia

Juanita y Martha trabajaban en la misma oficina y no es que no se toleraran, se odiaban, con odio jarocho. Eso sí eran muy profesionales sacaban el trabajo adelante pero su comunicación era de lo más funcional. Fuera del trabajo ni se saludaban.

¿Y a qué se debía tanta tirria?

A un hombre. Al parecer a Martha le gustaba un chico que a su vez quería con Juanita y bueno la Juanita se dio el gusto de echárselo unas xxxx veces cosa que no pasó desapercibida para Martha porque o sí, era buenísima intuyendo quién se tira a quién.

Un buen día Martha fue al baño que se encuentra saliendo de la oficina atrás de los elevadores, al estarse enjuagando las manos entró Juanita, tan feliz y tan sonriente con la blusa fuera de lugar y desabotonada.

Martha no pudo más y al secarse las manos salpicó una vez a Juanita, a la segunda salpicada Juanita la miró fijamente a los ojos y al tercer intento Juanita la haló de los cabellos y le propinó tremenda cachetada. Pero Martha no era manca y para quitarse a Juanita de encima le dio un buen jab al estómago y salió corriendo del baño.

Después de recuperar el aire Juanita regresó a su lugar y ya se imaginaba el mega escándalo con la otra llorando y su mejilla colorada. Sin embargo nada, todo en calma. Más tarde recibió un mail de Martha pidiéndole un estado de cuenta y así trabajando terminó la jornada.

Pero claro esta historia no termina ahí.

Segundo round en el baño
Esta vez Martha tomó por sorpresa a Juanita la aventó contra la pared, alzó la mano y cuando menos se lo esperaba Juanita tomó su cara, abrió los labios y la besó. Fue un beso fuerte, pasional y... correspondido.
Desde entonces ya no se pelean, de hecho su relación ha mejorado muchísimo y los siguientes rounds han sido mucho más amenos :-D