lunes, julio 06, 2009

Tortas y retortas

Los pronósticos indican que de casarme algún día me habré comido la torta antes del recreo.
Entre diez a quince tortas, varias en más de una ocasión, claro está.
Diez a quince tortas es un número bastante aceptable, creo yo, para los años que llevo a cuestas. Siento que me da cierta credibilidad como comensal.
Aunque algunas tortas fueron muy insípidas y otras me hicieron vomitar. Esas no deberían contar. Como una cortesía a la siguiente (que por lo regular me valen madres) yo le habría advertido para que pasaran de largo y se evitara la indigestión.
Eso sí, a las más ricas jamás las habría recomendado, es que a veces soy posesiva y envidiosa, nada que hacer a ese respecto. Jamás dire cuáles han sido las más sabrosas.
Las mejores, sin duda alguna, fueron las preparadas con mucho amor.
Dicen que el que hambre tiene en pan piensa y sí, ya hace hambrita.

1 comentario:

sandy a.k.a monster dijo...

ójala y pronto nos toque cenar...
de preferencia comida extranjera...